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miércoles, 25 de mayo de 2016
lunes, 23 de mayo de 2016
UNA PEQUEÑA ESPERANZA ENTRE EL OLVIDO.
“Técnicamente es posible que veamos la foto del último
enfermo de pian en 2017”, dice el médico español Oriol Mitjà. En el mundo
rico, no conocemos qué es el pian. Pero en las regiones remotas de algunos
países tropicales es una peste. El pian es una enfermedad olvidada provocada por una bacteria, emparentada con
la sífilis, que sin tratamiento deforma los huesos, deja las piernas como lunas
en cuarto menguante y llega a borrar, literalmente, la cara de las personas
afectadas, sobre todo niños.
Cuando llegó a la isla de Lihir, Oriol se encontró con úlceras de un tamaño considerable en los habitantes, allí le dijeron que era el pian. El pian es una enfermedad olvidada desde los años 50. En ese momento había muchos afectados y la OMS decidió actuar para erradicar la enfermedad pero se dejó el tratamiento y la bacteria volvió a resurgir.
Mitjà, junto a su profesor, decidieron investigar la enfermedad y encontraron que el tratamiento era tan simple como una pastilla de antibiótico.
El reto es llegar a erradicarla en 2020.
Otro de los retos es encontrar financiación, aunque el
tratamiento es muy barato.
La farmacéutica Pfizer, con 8.000 millones de euros de
beneficio, estudia si donar antibiótico para la campaña.
Si todo sale como está planeado, el pian será la segunda
enfermedad humana erradicada tras la viruela. O la tercera, después de la
poliomielitis, una patología provocada por un virus que ataca el cerebro y la
médula espinal y puede causar parálisis.
OPINIÓN
Ahora más que nunca nos enfrentamos a un enemigo mucho más
problemático que la enfermedad del pian, que como hemos visto en el artículo
del País, se puede erradicar con esfuerzo y unos fondos económicos bastante
inferiores a los que se necesitan en otras ocasiones. Ese enemigo son las
empresas farmacéuticas.
Las empresas farmacéuticas que facturan miles de millones al
año y que monopolizan completamente el mercado están jugando continuamente con
las vidas de las personas y, los gobiernos que deberían mediar entre éstas y
los ciudadanos no mueven un dedo por las personas que viven en el país. Ya
hemos visto casos como el de la Hepatitis B que tanto salió en algunas
televisiones para que se viese la lucha continua de los enfermos por conseguir
medicamento y miles de casos que no nos muestran porque no les interesa que
sepamos el daño que hacen estas multinacionales a la humanidad.
Estas empresas ponen un precio a nuestra vida como si
fuésemos cualquier objeto, pero está claro que en este mundo capitalista y
globalizado lo somos. No valemos más que un trozo de papel que pone 5 euros.
“La farmacéutica Pfizer, con 8.000 millones de euros de
beneficio, estudia si donar antibiótico para la campaña”
Ante esta afirmación “estudia si donar antibiótico”, los
ciudadanos, la humanidad se debería plantar y hacer un boicot hacia las
empresas farmacéuticas por ser tan frías e insensibles.
Como reflexión final me gustaría añadir que no nos tenemos
que dejar manipular por estas empresas que pretenden hacernos creer que nos
controlan cuando no es así, valemos más que un trozo de papel. Somos más de lo que nos quieren hacer creer.
Verònica Barbeta Talón, 1º Bachillerato B.
miércoles, 18 de mayo de 2016
Una piel artificial 'antiaging'
Investigadores del MIT y de Olivo Labs han
desarrollado un gel de polímeros que actúa como una segunda piel.
La piel 'artificial', además de borrar arrugas y manchas, puede
incorporar fármacos para tratar varias patologías.
Una especie de tirita capaz de proteger a la piel, no de
las heridas, sino del envejecimiento, ya producidos por el paso de
los años, como las arrugas, las manchas y las bolsas de los ojos.
Destacan como clave de su éxito el desarrollo de un nuevo tipo de
polímero biocompatible con el organismo humano.
Hace más de 10 años, este equipo
de expertos del Hospital General de Massachusetts se propuso
desarrollar una segunda piel,
una especie de capa protectora que reuniera todas las propiedades
mecánicas (elasticidad y flexibilidad, además de que fuera
transparente y cómoda) de la dermis natural y se convirtiera,
además, en una solución para devolver al cutis sus atributos
iniciales. Los investigadores crearon una biblioteca de más de 100
candidatos a polímeros reparadores
de la piel. Son un tipo de resinas de silicona, no tóxicas, que
pueden ser implantadas en el organismo humano sin ser rechazadas.
A partir de este material siloxano, Robert Langer y su
equipo han diseñado una especie de gel.
Basta con extenderlo sobre la dermis y, en segundo lugar, aplicar un
catalizador de platino en formato de crema que convierte
al gel en una especie de 'film' transparente, que
no sólo refuerza físicamente a la piel, también proporciona una
capa de barrera transpirable. Langer postula que
esta 'segunda piel' podría también preservar a la dermis de los
daños de los rayos ultravioleta. Y más allá de
la estética, también podría conllevar beneficios desde el punto de
vista médico, para condiciones como la dermatitis y escemas.
Antes de probarlo en https://youtu.be/AkpT5BihMiola piel de personas, las pruebas
de laboratorio ya indicaron señales que apuntaban altas
expectativas. Dicho material podía someterse a
un estiramiento de más del 250% y después,
recuperar su estado inicial sin efecto alguno.
En definitiva, es una capa
invisible, elástica, flexible, hidratada, capaz de adherirse a la
piel y biocompatible con el organismo humano que
logra reducir los efectos del envejecimiento, tensando la piel y
suavizando las arrugas. La biocompatibilidad es
un elemento clave para evitar el rechazo por parte del organismo
humano.
Raquel Torrecillas 1º Bachillerato C
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