“Técnicamente es posible que veamos la foto del último
enfermo de pian en 2017”, dice el médico español Oriol Mitjà. En el mundo
rico, no conocemos qué es el pian. Pero en las regiones remotas de algunos
países tropicales es una peste. El pian es una enfermedad olvidada provocada por una bacteria, emparentada con
la sífilis, que sin tratamiento deforma los huesos, deja las piernas como lunas
en cuarto menguante y llega a borrar, literalmente, la cara de las personas
afectadas, sobre todo niños.
Cuando llegó a la isla de Lihir, Oriol se encontró con úlceras de un tamaño considerable en los habitantes, allí le dijeron que era el pian. El pian es una enfermedad olvidada desde los años 50. En ese momento había muchos afectados y la OMS decidió actuar para erradicar la enfermedad pero se dejó el tratamiento y la bacteria volvió a resurgir.
Mitjà, junto a su profesor, decidieron investigar la enfermedad y encontraron que el tratamiento era tan simple como una pastilla de antibiótico.
El reto es llegar a erradicarla en 2020.
Otro de los retos es encontrar financiación, aunque el
tratamiento es muy barato.
La farmacéutica Pfizer, con 8.000 millones de euros de
beneficio, estudia si donar antibiótico para la campaña.
Si todo sale como está planeado, el pian será la segunda
enfermedad humana erradicada tras la viruela. O la tercera, después de la
poliomielitis, una patología provocada por un virus que ataca el cerebro y la
médula espinal y puede causar parálisis.
OPINIÓN
Ahora más que nunca nos enfrentamos a un enemigo mucho más
problemático que la enfermedad del pian, que como hemos visto en el artículo
del País, se puede erradicar con esfuerzo y unos fondos económicos bastante
inferiores a los que se necesitan en otras ocasiones. Ese enemigo son las
empresas farmacéuticas.
Las empresas farmacéuticas que facturan miles de millones al
año y que monopolizan completamente el mercado están jugando continuamente con
las vidas de las personas y, los gobiernos que deberían mediar entre éstas y
los ciudadanos no mueven un dedo por las personas que viven en el país. Ya
hemos visto casos como el de la Hepatitis B que tanto salió en algunas
televisiones para que se viese la lucha continua de los enfermos por conseguir
medicamento y miles de casos que no nos muestran porque no les interesa que
sepamos el daño que hacen estas multinacionales a la humanidad.
Estas empresas ponen un precio a nuestra vida como si
fuésemos cualquier objeto, pero está claro que en este mundo capitalista y
globalizado lo somos. No valemos más que un trozo de papel que pone 5 euros.
“La farmacéutica Pfizer, con 8.000 millones de euros de
beneficio, estudia si donar antibiótico para la campaña”
Ante esta afirmación “estudia si donar antibiótico”, los
ciudadanos, la humanidad se debería plantar y hacer un boicot hacia las
empresas farmacéuticas por ser tan frías e insensibles.
Como reflexión final me gustaría añadir que no nos tenemos
que dejar manipular por estas empresas que pretenden hacernos creer que nos
controlan cuando no es así, valemos más que un trozo de papel. Somos más de lo que nos quieren hacer creer.
Verònica Barbeta Talón, 1º Bachillerato B.
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