Una mujer de 49 años se ha convertido en la primera persona
portadora de una bacteria resistente a la colistina, un antibiótico de último
recurso para las peores infecciones, que desarrolla una enfermedad. Según han
explicado investigadores del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en
Bethesda, Maryland, EE UU, la paciente sufría una infección de orina causada
por una versión de la bacteria Escherichia coli con una mutación del gen mcr-1
que le hacía inmune al fármaco. Esta mutación se había detectado por primera
vez en China en cerdos y en algunas personas, y desde entonces había aparecido
en países de todo el mundo.
Los científicos, que han publicado sus resultados en la
revista de la Sociedad Americana de Microbiología Antimicrobial Agents and
Chemotherapy, consideran que este descubrimiento “anuncia el advenimiento de
bacterias realmente resistentes a todos los antibióticos”. No obstante, otros
expertos han matizado que aunque este tipo de patógenos son preocupantes, no
son catastróficos porque la colistina es solo uno de varios antibióticos que
rara vez se emplean. “Es malo, pero no es apocalíptico”, decía hace unas
semanas Makoto Jones, especialista en enfermedades infecciosas de la
Universidad de Utah en Salt Lake City.
Enfrentadas a la presión de los antibióticos, las bacterias
cambian para sobrevivir. Cuanto más se emplean este tipo de fármacos, tanto para
tratar a humanos como para hacer crecer a animales de granja, es más probable
que los microorganismos desarrollen resistencias. Eso ha hecho que antibióticos
como la colistina, una sustancia muy tóxica que solo se empleaba en caso de
necesidad extrema, haya pasado a utilizarse con mayor frecuencia y que las
bacterias, finalmente, hayan mutado hasta lograr hacerle frente.
Según explica Jesús Rodríguez Baño, coordinador de la Red
Española de Investigación en Patología Infecciosa, esta resistencia se ha encontrado
en muchos países, entre ellos España, aunque aquí no se han observado
infecciones clínicas. “Lo más preocupante es que este mecanismo de resistencia
se puede transmitir de una bacteria a otra con relativa facilidad, porque está
en un plásmido, un pedazo de material genético que se puede transmitir”, apunta
el médico del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. “Por ahora no
se sabe qué alcance va a tener, pero es una alerta importante porque en el
pasado casos similares han acabado por convertirse en un problema”, añade.
Este tipo de superbacterias resistentes vuelve a llamar la
atención sobre la necesidad de utilizar los antibióticos de un modo más
racional, tanto en el tratamiento de personas como en su uso en animales. Las
autoridades sanitarias alertan de manera insistente sobre un problema que solo
en Europa causa 25.000 muertes al año.
http://elpais.com/elpais/2016/05/27/ciencia/1464347964_757327.html
Verónica Barbeta Talón - 1º Bachillerato B
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