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miércoles, 15 de junio de 2016

Nuevos descubrimientos de Astrobiología: La NASA busca vida en el cosmos.


La astrobiología es el estudio científico de cómo se interrelaciona la vida con los planetas y otros objetos de nuestro cosmos. Varias cuestiones primordiales impulsan este campo. ¿Cómo surgió la vida? ¿Estamos solos en el Universo? ¿Cuál es el futuro de la vida más allá de nuestro planeta natal? Implícita en esta búsqueda está la determinación de un conjunto de características que distinguen lo vivo de lo no vivo, aun cuando ahora mismo quizá no sea posible ofrecer una definición absoluta.
En un momento en el que muchos campos científicos se están especializando y volviendo más específicos, la astrobiología es interdisciplinaria. Incluye a astrónomos, geólogos, científicos planetarios, paleontólogos, biólogos, físicos, químicos, filósofos y otros interesados por las implicaciones de la existencia o no existencia de vida más allá de la Tierra. La búsqueda de vida en otros lugares se convirtió en algo mucho más accesible cuando la NASA y otros organismos espaciales desarrollaron la capacidad de lanzamiento, los satélites y las misiones exploratorias a nuestros vecinos planetarios que han hecho que se disparen los conocimientos sobre nuestro universo. Todos estamos hechos de polvo estelar. Los elementos químicos básicos más ligeros de la materia viva derivan del Big Bang, y los elementos más pesados se generan en el interior radiactivo de las estrellas y se esparcen por el espacio cuando éstas se destruyen. Un impresionante avance reciente ha sido el descubrimiento de que hay más de 85 planetas que giran en órbita alrededor de otros soles. La NASA y otros organismos lanzarán, en los próximos años, satélites que encontrarán y estudiarán nuevos planetas extrasolares, incluidos aquellos que tienen aproximadamente el tamaño de la Tierra y podrían ser habitables.
La química prebiótica se ocupa de los complejos procesos que forman las sustancias químicas orgánicas a partir de las cuales se forman las moléculas y estructuras biológicas ricas en información -proteínas, ácidos nucleicos, membranas celulares, etc.- que caracterizan la vida. Los geólogos indagan las formas de vida más tempranas en las formaciones geológicas más antiguas. Los biólogos moleculares y evolutivos buscan antecedentes primitivos de la vida actual. ¿Cómo afecta la materia viva a la geología y a otras formas naturales? Estas y otras investigaciones pueden identificar las «biofirmas», es decir, marcadores de vida presente o pasada. Estos se utilizarán en la búsqueda de vida.
Los principales objetivos de la búsqueda de vida en nuestro sistema solar son Marte y Europa, la luna galileana de Júpiter. Marte es el planeta más parecido a la Tierra; está más cerca de la «zona habitable» (la región del sistema solar cercana a la órbita de la Tierra, y donde podría existir vida) que cualquier otro planeta. Es posible que en el pasado haya existido agua líquida en su superficie, y todavía existe en forma congelada y, posiblemente, en lugares ocultos en forma líquida. Los astrobiólogos han ayudado a seleccionar lugares para los Martian Landers (módulos que aterrizarán en Marte) que la NASA y la Agencia Espacial Europea lanzarán en 2003, y a desarrollar instrumentos que se puedan utilizar para detectar biofirmas.
Se piensa que el agua líquida es una condición previa para que pueda existir vida. Europa tiene una superficie cubierta de hielo y, probablemente, oculto bajo ella, haya un vasto océano líquido que contiene más agua que todos los océanos terrestres juntos. Se está estudiando la posibilidad de llevar a cabo misiones robóticas en Europa y, con el tiempo, el aterrizaje de instrumentos contenidos en submarinos autónomos. Titán tiene una atmósfera rica en material orgánico y es interesante para el estudio de la química prebiótica. Será visitado aproximadamente dentro de tres años, cuando la misión Cassini aborde nuevas exploraciones de Saturno y Titán, incluido un módulo lanzado con paracaídas para estudiar las moléculas orgánicas de este último.
La Tierra primitiva era, según criterios contemporáneos, un entorno hostil. Hubo un periodo de fuerte bombardeo de meteoritos y cometas que perturbaba cualquier ecología que pudiera haber existido y que, en algunos casos, quizá haya esterilizado nuestro planeta. El oxígeno era escaso, se daban con frecuencia violentas erupciones volcánicas, hubo periodos de frío helador, de intenso calor, de radiación ultravioleta y de deshidratación. Por consiguiente, es posible que haya existido vida en lugares protegidos o extremos; en terrenos con grietas geotérmicas y bajo el mar, bajo la superficie terrestre, en los intersticios de cristales de hielo, en agua de acidez alta o baja, etc. Hay lugares en la Tierra que imitan ahora estos extremos y se pueden considerar análogos a los de Marte o Europa así como a los de la Tierra primitiva. Los astrobiólogos tienen una vida aventurera, no sólo por participar en misiones espaciales sino por los estudios de campo en la Tierra. Se les puede encontrar en barcos oceanográficos en busca de puntos geotérmicos en las cordilleras intraoceánicas, en el cráter provocado por el impacto de un antiguo meteorito que hace más de 20 millones de años hizo saltar por los aires lo que ahora es la isla de Devon, en el archipiélago ártico canadiense, o en el emplazamiento del lago Vostock, en una parte remota del Antártico oriental. Vostock es un profundo lago situado a varios kilómetros de profundidad bajo glaciares y nieve, análogo al hipotético océano de Europa.
El estudio del espacio nos lleva a mirar nuestro planeta natal con otros ojos. Una vez observada y estudiada Europa, no podemos contemplar el hielo terrestre de la misma forma. Cuando observamos cómo ha interactuado la vida con Marte, reconocemos la belleza y riqueza de nuestro planeta y valoramos su conservación y su destino.
A finales de la década de 1990 diversos acontecimientos reavivaron el interés de la NASA por la astrobiología y otras materias relacionadas. Entre dichos acontecimientos se encontraban el descubrimiento de planetas extrasolares, el aumento de los conocimientos sobre el espacio profundo gracias al Telescopio Espacial Hubble y la posibilidad de que un meteorito procedente de Marte descubierto en la Antártida -ALH 8400- pudiera contener pruebas de una vida extraterrestre muy antigua. Se encontró financiación adicional y parte de la misma se dedicó, en 1997, al Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI). En 1998, en una reunión de varios cientos de especialistas y científicos de otros tipos, se creó un Plano de la Astrobiología: una síntesis general de las dimensiones del campo. Basándose en este Plano y en la misión de la NASA, la comunidad científica solicitó financiación para una investigación interdisciplinaria básica de descubrimiento. Un grupo de control no gubernamental compuesto por científicos eligió once equipos principales. Entre ellos había universidades, institutos de investigación y centros de la NASA. (En 2001 se añadieron cuatro equipos). El NAI cuenta con más de 700 colaboradores, incluidos 13 miembros de la prestigiosa Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos. La investigación del NAI es innovadora; a los investigadores se les dice que se espera de ellos que cambien sus planes conforme los nuevos descubrimientos vayan generando nuevas ideas.
Además de la investigación científica, una gran parte de nuestra misión es desarrollar métodos para dirigir y mejorar una organización virtual. Nuestros 15 equipos están esparcidos por todo Estados Unidos, y tenemos socios internacionales en todo el mundo. Estamos desarrollando planes de colaboración y métodos electrónicos de comunicación para permitir a los profesionales trabajar juntosa distancia. Esta es una cuestión importantísima en un mundo cada vez más globalizado. Tenemos intención de ser los iniciadores de estos métodos que beneficiarán a las organizaciones científicas. 
 
Alex García 1º Bachillerato B 

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